Campo y playa (Country and beach)

Tres cosas que llevaba tiempo sin hacer:

• Escribir en el blog en castellano (lo siento por los que no lo entienden, pero me lo han pedido).
• Ir a la playa.
• Ir al cine solo, o sin más, ir al cine.

Ayer, aprovechando que el tiempo parecía que cambiara, me fuí a la playa de Anping, ubicada en Tainan. Como no, me perdí, pero un amable vendedor de licores me indicó el camino, a lo que añadió:"...vés ahora, habrá mucha gente." Después ví, como era de preveer, por el día y por la poca afición que tienen los taiwaneses en ir a la playa, que tan solo había 5 o 6 personas aparte de mí, cuatro de las cuales estaban en la arena.

Tenía campo...

y playa...

Como podéis ver, la playa estaba muy limpia y llena de conchas de bivalbos, incluso llegué a ver un pequeño cangrejo, pero tan pronto como cogí la cámara y el objetivo adecuado, se escondió.
A lo poco de llegar, empezó a lloviznar.
La verdad es que aquí, lo de "pel maig cada dia un raig" , se cumple más que en Catalunya.

Cómo véis, el bambú no sólo es un ingrediente del típico "bambú con setas", también lo ponen en la playa, supongo que es para que el agua no se coma el trozo de arena.

Después, por la noche , a eso de las 19.00 me fuí al cine a ver "Thor". Dejando de lado la "mala calidad" de la película, no sé en que anda últimamente Keneth Branagh!!!, la sorpresa me la llevé cuando tuve que pagar la entrada: 195 NTD (que no llegan a ser unos 5 euros), por una película que lleva menos de un mes en cartel. Me sorprendí gratamente. Claro que cuando entré en la sala de proyección, ya no me pareció tan barata: la pantalla era grande pero no muy grande y la calidad del sonido era bastante deplorable.
Aún así disfruté de la película y no descarto la posibilidad de ir la semana que viene a ver "X-men First Class" o "Hangover II".  En el cine, había "tantas" personas como en la playa, pero no eran las mismas.

Lo bueno del cine, aparte del precio, eran los baños, o las puertas de los baños. Al más puro estilo marcial.

Me acordé del cine de "Los Alcázares", en mi infancia, al aire libre con el suelo de arena, donde se podía comer un bocadillo, pipas o lo que quisieras. Además, los vecions del cine podían ver la película desde sus balcones sin pagar. Valía 300 pesetas y tenías dos películas del año de la María Castaña. Era un lujo de cine.